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La primera de “The Virginian-Pilot”, por Luis Vilches

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[Luis Vilches trabaja desde hace años como maquetador en el periódico estadounidense The Virginian-Pilot. Uno de esos talentos del diseño que nos dedicamos a exportar allende los mares. Antes, trabajó en ¡Qué! y La Gaceta de los Negocios, en Madrid. Es el autor de aquella portada impresionante sobre el terremoto en Haití. Con su relato de cómo se crea una primera en un diario americano queda inaugurada la nueva sección de colaboraciones en Quintatinta.]

Una reunión de portada de The Virginian-Pilot, en enero de 2008. Ese día, la propiedad del periódico anunciaba que lo ponía en venta. Todavía no ha cambiado de manos. Luis Vilches está sentado en el centro, tomando notas. (Foto: Bill Tiernan/TheVirginian-Pilot)

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Cómo se hace la primera en The Virginian-Pilot
por Luis Vilches

La reunión de portada es a las 3:30 pm. Aquí, a las reuniones les llaman ‘pods’ y realmente no tengo ni idea de por qué. Es una reunión informal en medio de la redacción. La subdirectora (‘deputy managing editor’) canta los temas locales que merecen mención, normalmente tres o cuatro. Luego el editor de agencias (‘wire editor’) hace lo mismo con los despachos, en su caso los temas de interés nacional e internacional, generalmente de Associated Press, The New York Times y The Washington Post.

El editor fotográfico de noche hace lo mismo con su material. Tienen prioridad las fotos de información local; por lo visto, contamos con unos cuantos de los mejores fotoperiodistas del país. Para rematar, se repasa la actividad de los temas ‘online’. Con todo este cantar ya hay una idea del percal, y la reunión dura unos veinte minutos. Aparte de los mencionados, en el corro el diseñador de la portada (que soy yo los jueves y los viernes), y tres o cuatro editores más (de local, de militar, del Estado de Virginia y, a veces, el de investigación).

Se debate brevemente qué va a formar parte del ‘menú del día’ de la primera, que tiene cuatro o cinco noticias, y se da una orientación sobre las promos a temas interiores. Todo es flexible. Es un debate muy horizontal y todas las opiniones se tienen en cuenta (aunque unas pesan más que otras, como en todos lados). El director es un tipo muy razonable: pocas veces, por no decir ninguna, ha impuesto un tema de manera autoritaria. Se sabe los nombres de todos en la redacción y se despide uno por uno cuando se marcha, a diferencia de algunos periodicos españoles que conozco en los que el ‘dire’ es una figura más distante y personalista.

En la mezcla priman los temas locales y los nacionales que puedan tener efecto local, como es lógico. Pero siempre que se puede, salvo que el tema sea gordo, la cabeza de cartel es local. No hay mucho ‘mamoneo’ a la hora de decidir qué sube y qué baja en la primera; en general, la conversación es muy honesta, una batalla de argumentos, y gana el que mas sentido tiene. No hay intereses políticos ni económicos de por medio.

Cuando decidieron meter publicidad en portada se armó una buena, porque hasta entonces se consideraba un espacio sagrado. Eso sí: a veces acaba sin venderse. Que yo recuerde, sólo hemos hecho una promoción de productos: hace un par de años, unas monedas con la cara de los jugadores de los Redskins, el equipo de futbol americano de Washington D.C., que nos pilla a cuatro horas.

El diseñador de portada empieza a preparar un boceto (y, a veces, más de uno), con la ayuda en ocasiones del jefe de diseño, que aquí llaman ‘director of Presentation’. Se pasan unos minutos ideando formas de presentar el ‘lead’. Es un intercambio también muy informal y familiar, pero con cierta presión por generar algo, claro. En general, se busca la manera de articular el tema: tipo de titular, elementos gráficos, conceptos. La noticia principal se juega a todo volumen. No se piensa ni en el pasado ni en el futuro, sólo en el periódico que tenemos entre manos. Más que nada se busca impactar cada día. Con mayor o menor éxito.

A las seis se hace otro ‘pod’ en el que el diseñador explica la página. En esta reunión participa generalmente un subdirector, a veces el director, un ‘senior editor’, el editor de noche (‘news editor’), el editor fotográfico de noche, el jefe de diseño y todos lo correctores, o ‘copy editors’. Se debate si la presentación es la apropiada y si hay algo que llame la atención. Se discute las ideas. A veces, el diseñador pasa demasiado tiempo trabajando en algo y no se da cuenta de que a lo mejor no funciona. No hay guerra de egos, las ideas se defienden con ideas y, si no funciona, se hace otra cosa. Todo con el lector en mente. Suena inocente, pero es una regla de oro. Las historias de ‘politiqueo cirquero’ no tienen tanta presencia como en los periódicos generalistas españoles, porque en general son aburridas.

Las portadas más arriesgadas son las que más debate provocan, evidentemente. Como la de Haití. Hubo muchos argumentos a favor y en contra en torno al uso de una imagen tan dura, pero el director dio el visto bueno porque lo vio justificado. No solemos sacar fotos de cadáveres en la portada. En ocasiones algunos lectores llaman con quejas del talante de “¿esto es a lo que habéis llegado para vender periódicos?” y, aunque parezca mentira, el director tiene la tradicion de responder a las llamadas de los lectores. Su teléfono directo y correo electrónico son públicos.

No hemos vuelto a publicar ninguna víctima mortal del terremoto desde entonces. La última vez antes de Haití fue cuando la masacre de Virginia Tech en abril de 2007, y entonces se produjo gran revuelo. La portada de Haití que se publicó era una versión alternativa que prepare después de hacer una más convencional. Pesqué la foto echándole un vistazo al material de AP, y confeccioné una página más impactante con el encuadre vertical. A mi jefe le gustó y la ‘vendimos’ en la reunión de las seis. Publicamos en el interior una nota del director sobre la foto explicando la decisión de publicar la imagen en cuestion a pesar de su potencial de herir sensibilidades.

Los ‘copy editors’ se merecen un capítulo aparte, sobre todo por el papel silencioso que desempeñan. No tenía ni idea de que esta figura existiese cuando aterrice aquí: se leen los artículos, los corrigen y escriben los pies de foto y los titulares. Estos son unos artistas, están obsesionados con la ausencia de errores. Hay premios para casi todo: por cazar gazapos, por ser preciso…La mayoría son reconocimientos no económicos.

Aparte del trabajo que hayan podido hacer el redactor y su jefe, los correctores se leen la noticia y se cercioran de que tenga sentido. A partir de ahí, comprueban nombres y cargos, que los números de teléfono que puedan ser mencionados funcionan y sean los adecuados, y se miran las fechas, los lugares; no dudan en llamar al redactor a su casa si tienen alguna duda. Después de que el periodista termine su noticia, el texto pasa por manos de su jefe, que lo edita. Luego se lo lee el diseñador que le da forma, un primer corrector que escribe un titular con sentido, fuerza y precisión y, finalmente, otro corrector que lo edita de nuevo durante diez o quince minutos y le da el visto bueno.

Se trabaja con las noticias ya escritas. Aquí se habla de ‘content driven design’, que es algo así como “diseño al servicio del contenido”. El redactor no ve la maqueta hasta el día siguiente, ni siquiera el titular, salvo excepciones. No quiere ver un titular ni en pintura, ése no es su fuerte: es tarea del ‘copy editor’. El redactor canta un tema a su editor, que le da el ok. Tenemos una herramienta ‘online’ para controlar las historias del día a modo de presupuesto, con una lista de las historias que se van a producir, quién las escribe, quién es el editor, si se van a hacer fotos o gráficos, cuándo va a estar terminada y la extensión. Obviamente, las cosas cambian durante el día, pero las partes implicadas (diseñadores, editores, fotógrafos, grafiqueros) monitorizan los cambios que surgen .

Es un proceso de planificación muy orgánico y que depende de la disciplina comunicativa de todos. Una de las diferencias con las redacciones españolas en las que he trabajado es que se usa mucho el e-mail interno y, en cuestiones de sonido ambiente, esto está mas cerca del murmullo de biblioteca con internet gratis de una redacción como Dios manda.

Desde las seis hasta las once se ejecuta la portada. Los ‘copy editors’ hacen su labor, con las historias de portada y con el resto de historias del periódico. El diseñador ejecuta el modelo ganador, escribe los apoyos o ‘double edits’ con información que puede sacar de la historia o buscar por sí mismo. Esos ‘double edits’ son la piedra angular del diseño de este periódico y requieren cierto arte de elaboración. Son marca de la casa desde hace años. Pretenden ofrecer “bocaditos de la noticia” para el que no tenga tiempo de leerse todo el texto. Hacemos un esfuerzo para que casi todos los temas los tengan, salvo las muy cortitas. El objetivo: que con el titular, subtitulo o epigrafe (si lo llevan) y el apoyo o apoyitos, el lector se haga una buena idea del asunto.

El editor de noche se encarga de que las noticias que todavía se están cociendo lleguen a la hora y en extensión adecuada. Decide cambios de ‘breaking news’ y supervisa el resto del periódico. La labor del diseñador es un poco estar de guardia y ajustar temas según vayan surgiendo. Hay noches en las que es un no parar y otras en las que te da tiempo a escribir la mitad de esto que estáis leyendo.

Este mismo proceso tiene lugar mas o menos simultáneamente pero con menor intensidad las portadas de los cuadernillos de Deportes (‘Sport’) y Local (‘Hampton Roads’). La portada de Ocio (‘The Daily Break’) se hace durante la mañana. Por otro lado, con las páginas interiores no hay mucho debate: se parecen más al maquetero tradicional español, salvo en el detalle de que el maquetador se lee casi todas las historias y escribe los ‘double edits’.

Somos un equipo de catorce diseñadores polivalentes (a ojos americanos, la verdad). Cada semana tenemos una combinación distinta de tareas. Aquella semana me toco el ‘gordo’ del terremoto de Haití. La mitad del año diseño páginas de actualidad: la primera, tres noches a la semana, y otras interiores el resto de los días. El resto del año diseño entretenimiento. En ocasiones, hago ilustraciones y gráficos, y maqueto alguna que otra publicación de la compañía: es lo que tiene la sinergia, sobre todo con tanto recorte.

El sentimiento financiero de la industria es un poco pesimista, pero en el Pilot nos las hemos arreglado bien. Norfolk es una base militar de la marina, lo que da cierta estabilidad económica. A pesar de eso, el ‘publisher’ ha metido unos recortes bastante fuertes, y la redacción ha pasado de 230 a 170 aproximadamente. Hemos reducido la anchura del periódico una pulgada para ahorrar papel: para nuestra sorpresa, a los lectores les encanta porque es un pelín mas manejabl, y diseñísticamente hablando tiene otras posibilidades. También hemos fusionado secciones.

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The Virgininan-Pilot
Tirada: 175.000; lectores 400.000

Periódico generalista, local, regional
Zona de difusion: Hampton Roads (Virginia), con alrededor de un millon de habitantes. Incluye Virginia Beach (433,746), Norfolk (234,220), Chesapeake (225,255), Portsmouth (100,565), Suffolk (78,994) y una pequeña parte de Carolina del Norte (Outer Banks 33,518)

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Más diseños de Luis Vilches, en su portolio de Newspage Designer. Aquí seis que me han gustado mucho.


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